MENSAJE DE NAVIDAD
2006
December 23, 2006
OCTAVO MENSAJE DE
NAVIDAD
Suspendida por
razones supremas durante dos años la entrega pública de mis Mensajes de
Navidad, hoy a finales del año común 2006, cuando aún nos encontramos en el
décimo tercero de la Nueva Era Acuaria, gustoso reanudo tal actividad, cuyo
emprendimiento obedece a la permanente voluntad del Altísimo porque se aclare
cada vez más y mejor a la comprensión humana, los formidables Misterios
contenidos en ese proceso tan íntimo y real como es la Navidad, cuya ejecución
y celebración es dable ubicarla con signos de la mayor trascendencia en cada
una de las Sagradas Doctrinas que oportuna y periódicamente han tenido la
responsabilidad de transmitir el Supremo Mensaje de la Esencia Krística, y cuya
mayor gloria se verificó con la presencia aquí en la Tierra del Adorable
Salvador Jeshuá Ben Pandirá, quien al asumir como Kristo Viviente de la Era de
Piscis, es reconocido universalmente por sus hechos milagrosos y
revolucionarios, como encarnación vívida de la Deidad Suprema del Absoluto.
Lo más importante de
aclarar ahora es que dicha presencia luminosa rasgó con su Potencia Celestial
los hasta entonces vigentes Velos del Templo, dando oportunidad desde ahí a
que, quienes osen transitar el Sendero Iniciático, se libren de pesadas como
ominosas cadenas del fanatismo opresivo y el orgullo místico que son prácticas
características en toda creencia religiosa desviacionista, toda vez que el
Maestre de Maestros, con su presencia física no llegó para avalar el desarrollo
de imperios pseudo religiosos, si no que, claramente fue categórico al
sentenciar que derrumbaría figurada, literal y efectivamente toda la fanfarria
materialista vigente al interior de los templos degradados, cuya inmoral
dirigencia nunca ha dubitado en tomar partido, en mutaciones inverosímiles,
favoreciendo históricamente a cuanto poder se ha impuesto socialmente, en un
mundo cada vez más devaluado, al influjo del oropel que trasuntan Baal y
Manmón, o cualquiera de la infinidad de nomenclaturas que asume, en hábil como
renovado camuflaje, la poderosa adoración al becerro de oro, en cínico alarde
de usurpación de lo Celestial.
Y no es que se
quiera desconocer el valor intrínseco del simbolismo litúrgico que llevado a
cabo adecuada como dignamente en superiores cultos, deviene maravilloso en
poderosa Magia Teúrgica y Taumatúrgica, y de cuya Esencia Real, con todos sus
alcances y logros, la mayoría de las confesiones religiosas en la Tierra le han
perdido hasta el rastro, por lo cual, mal podrían ser representantes idóneos,
toda vez que cuanto transmiten hoy en día y desde ya hace mucho tiempo, se
halla mayormente plagado de embustes e inconsistencia doctrinal, por decir lo
menos, pues lastimosamente recoge la historia de lo públicamente conocido,
bochornosos hechos cometidos por no pocos de sus dirigentes, que constituyen
cúmulo de fechorías e inmoralidades, diametralmente opuestos a la virtuosidad
religiosa.
El nacimiento
espiritual o Navidad Íntima es una potente fiesta personalizada, capaz de
transformar positívamente todo lo existente, a punto de que su feliz
advenimiento, con arpegios de encanto supremo, permite al Laborante así
revolucionado, trascender tormentosos karmas del pasado, proyectando en su
naturaleza una verdadera reinyección energética aquí y ahora, en virtud a un
Bautizo que ya no sólo es de esa Agua Bendita, si no que asocia su accionar con
el crepitante Fuego de la Transmutación Alquímica.
Es así como se
despierta una Quinta Esencia de Luz y Éter, permitiendo al flamante Varona la
reconquista de ese Paraíso Terrenal, cuyos efluvios había dejado escapar de sí,
al haber torpemente preferido transitar la existencia plagada con los estigmas
del pecado, cuyas ramificaciones se han ido prolongando a través de
eternidades, manifestadas en sufrimientos, enfermedades y muerte, mientras
tanto no re-encuentre esa balsámica Redención en el Hijo del Hombre, doblemente
nacido, poseedor ya de las Llaves de Triunfo para alcanzar su Gloriosa
Ascensión hacia la Casa Paterna, en cuya Heredad se cuenta con infinitas
Moradas, desde donde se faculta ejercer al Kristificado, formidables Misiones
Cósmicas.
De tal modo que,
clarificando, no pretendo atacar o interferir la noble labor que discreta y
silenciosamente cumplen las escasas Organizaciones Iniciáticas cuya meta es
preparar a los aspirantes mediante la Sacra Liturgia, capacitando la naturaleza
humana con todo ese estupendo Simbolismo preliminar, para que, cuando sea
llegado el momento de operar el Primer Milagro en Bodas Alquímicas, el connubio
mántrico de rediviva Canaán, erija y mute con la elevación del Agua
Espermática, el Vino Erótico que germina en un flamante Elohim.
Uno es el hombre
nacido de mujer, sometido a las leyes de la vida material, pero otro muy
diferente y superior es el operado en eugenésica Epifanía, mediante la
Concepción Virginal, por Obra y Gracia del Espíritu Sagrado que es la forma
Divinal Femenina de la Excelsa Trinidad individualizada, María Virgen y Madre
interviniendo como matriz suprema, al calificar el feliz alumbramiento de un
Ser auto generado en la Magna Obra alquímica.
Es así como la
Verdadera Navidad vuelve a ser perceptible y tangible en la Tierra, pese a toda
la vigorosa tenacidad con que las hordas tenebrosas han combatido cruentamente
por mantener su poderío terrenal durante tortuosos siglos, escamoteando y
tergiversando los Sagrados Misterios. Tal seducción le ha significado a los
usurpadores, a la vez que afianzaban su materialismo, y tal como ya lo he
apuntado antes, perder el norte de la autenticidad doctrinal, a tal punto que
su involución es evidente, plagada de corruptelas, desaciertos, envidias e
infamias.
Esa terrorífica
legión de poder terrrenal que no puede disfrutar las mieles de Belén íntima,
niega asimismo que tales goces puedan ser accesibles a quienes con tanto ahinco
anhelan encontrar su sendero cierto, pues como rabiosos perros del hortelano,
ni entran ni dejan entrar a los Cielos, arrogándose la tenencia de las Llaves
del Reino, escondiendo en cofres súper secretos, aquel regalo del Kristo
Cósmico, que por soberbios han dejado de asimilar, pero que tampoco puede
quedar encerrado en puras teorías o símbolos muertos, y que ahora se hace
imperioso reivindicar con la Gloria del Verbo Viviente.
¿Por qué habríamos
de sorprendernos ante la aparente antinomia de tan abrerrante situación? Es el
propio Juan de Patmos en el mismísimo Libro de Revelaciones, capítulo 17 que
nos refiere lo siguiente: “Te diré el misterio de la mujer y de la bestia que la
trae, la cual tiene siete cabezas y diez cuernos” A buen entendedor, las
explicaciones huelgan.
Ante tamaña
realidad, se ha hecho ya inaplazable que, caminando el pequeño trecho de esta
revolucionaria Era, se empiecen a liberar y poner a disposición de los
buscadores sinceros, las apropiadas prácticas de modo claro y sencillo, de
aquello que discretamente se ha mantenido en símbolos, alegorías y metáforas,
habiendo constituido la nutrición líquida o básica que es menester a todo
infante espiritual, pero que es preciso reemplazar por la consistencia y
solidez propia de quien, erguido y produciendo ya sus primeros pasos auto
sostenidos, se lanza intrépido en busca de esa colosal Verdad que sólo se
alcanza por mérito propio, a medida que se crece en
Sabiduría y
Entendimiento, en pos de ese Sacerdocio y Reinado sempiterno, a la Luz y Razón
de Supremas Leyes que corresponden a la Orden de Melquisedek.
Entendimiento y
Razón que se debe reciclar en cada experiencia existencial con todo lo
inherente a esa temporalidad espacial y cuya suma o extracto digerido en
síntesis, se agregará a la Sabiduría o Luz que le corresponde en Esencia
propia, y por lo cual, se mantiene como caudal inextinguible más allá de todas
las eternidades, para Ser El nuevamente en el Invisible Inmanifestado.
Pero es claro que,
pretendiéndose volver a Ser como antes fuimos, esto es, antes de la caída en la
generación animalizada, requerimos salir de la grave mecanicidad en que ha
devenido la máquina pensante, al punto que se ha degradado a un salvajismo
plagado de errores, no solo contra su propia naturaleza, sino que además
arremete bestial y robóticamente, destruyendo todo lo que generosamente la
Madre Tierra le provée, en un afán de autodestrucción inconcebible para la
simple lógica.
De modo que un
primer paso a seguir e imperiosamente urgente es recuperar la extrañada
condición humana, volviendo a hermanarse con el medio circundante, obedeciendo
sus Leyes Naturales, respetando la Vida y proscribiendo la muerte, descartando
los vicios y abrazando las Virtudes, rescatando las Bellas Artes e
identificando sus malos remedos que como adefesios han irrumpido globalmente,
pero cuya influencia debe ser detenida y descartada, toda vez que son
portadoras, mediante los medios masivos de comunicación, de toda clase de
desenfrenos, frivolidades y delitos, y ante cuyas interpretaciones, los
dormidos fanáticos aplauden delirantes y enfervorizados.
Hace pocos días, en
la zona donde transcurre mi existencia material, se experimentó un temporal de
vientos ciclónicos tan poderosos, que hicieron estragos al por mayor,
produciendo entre otras calamidades, la interrupción del servicio eléctrico en
una extensa región del noroeste norteamericano, por varios días consecutivos,
persistiendo aún esta falencia en otros tantos distritos, donde los daños
fueron más pronunciados y con todas las nefastas implicancias que esto
significa, en un medio caracterizado por la presencia y utilización de la más
alta tecnología humana, y que sin embargo, ante la sola falta de energía
eléctrica, sufrió la paralización masiva de su acostumbrada operatividad.
Traje a colación tal
hecho para enfatizar sobre los nefastos daños que se causan las gentes al
esclavizarse como autómatas a todo aquéllo del modernismo que si bien es
grátamente útil, tiende a anular la capacidad, elementalmente instintiva, de
sobrellevar las cosas con natural serenidad, toda vez que así se renueva todo
ese ingenio interior que capacita salir adelante venciendo los infortunios,
tormentos e imprevistos que periódicamente nos ofrece la existencia material,
como un estímulo a nuestro propio desarrollo e inventiva.
Remarco tal
situación, pues he de referir con tristeza, que a consecuencia de la falta de
electricidad y con el fin de calentarse en los hogares en esta época del año
generalmente muy fría, con lluvias y nevadas copiosas además de los comentados
vientos, muchas gentes obtuvieron calefacción usando garrafas con gas propano,
y en cuya combustión que libera monóxido de carbono, fatalmente venenoso, por
lo menos una decena de personas encontraron la muerte, al inhalar tales gases
perniciosos en ambientes totalmente encerrados.
Ya como casos menos
trágicos, también debo relatar que me cupo constatar la falta de naturalidad en
muchas gentes, que por haberse dejado absorber por la confortable
automatización que ofrece la modernidad, totalmente dormidos y atolondrados, a
manera de zombies, no atinaban ante estas emergencias a solucionar cuestiones
tan básicas como calentar sus alimentos o evacuar sus deshechos, algo que de no
haber sido por la tensión de las circunstancias adversas, podría considerarse
como totalmente inconcebible e irreal.
Los tiempos que
vivimos son extremadamente difíciles, pues bullen por doquier e inquietan en
demasía los más inesperados acontecimientos, tanto por efectos del mal accionar
humano, como por las respuestas que desnuda la naturaleza, agobiada por los
impíos y recurrentes desmanes con que mal actúa la especie humana animalizada;
empero como ya tengo dicho, estas adversidades que llegan en muchos casos a
grados de calamidad, permiten la exteriorización de capacidades físicas y
psíquicas que de otro modo permanecerían adormecidas o simplemente latentes.
Es por ello que
rescatar hoy en día todo el esplendor, la gracia y el poder de ese
acontecimiento transcendental, real e histórico del nacimiento en la Tierra del
Hijo de Dios, es para permitir que la Navidad del Fasto Cósmico, sea manifiesta
en todo aquel digno Laborante que siente operarse en sí el Verbo rescatado, la
Palabra reencontrada, la Divinidad posada en la Humanidad.
Por ello ahora urge
declarar la potencia del Amado Redentor, restituyendo el verdadero simbolismo y
la plena realización del Kristo Íntimo, sobreponiéndose al vil mercantilismo en
que ha derivado su desvirtuada como degradante celebración, tomando en cuenta
que Dios realizado en el Varona, ciertamente nace limitado como todo niño, pero
que es menester e imperioso, desarrolle su crecimiento interior con exigente
disciplina y rigurosa Voluntad, hasta alcanzar su plenitud, resucitando en los
Supremos Misterios de la Sagrada Cruz.
Mientras, humilde y
obediente a los Dictados del Padre, debe aprender y transitar el equilibrio de
la vida material, que sin negar al cuerpo lo que en sus propósitos sanos
requiere, fundamental y primariamente debe observar su responsabilidad,
atención y entrega a la Obra del Ser que es hacia donde sabiamente debe
dirigirse, actuando igual que el responsable carpintero, quien debe ganarse el
sustento con el esfuerzo y el ingenio humano, sin desmerecer el hecho de
reconocerse despierto y maduro como Arquitecto de su propio Universo, y para lo
cual desde el estelar instante de su nacimiento como Niño Dios, ejerce
consciente e inequívoca autoridad sobre todas las Potencias de la Creación.
Para que el Logos
Inmortal encarne en la naturaleza humana; para que el Logos Solar vivifique
multiplicado como Simientes que germinan en tierra fértil y generosa; para que
el Fruto brote y madure en misericordioso accionar revolucionario
desmitificando las simples alegorías o parábolas (Pocos son quienes las
entienden y menos aún son quienes practican su ejemplar inducción); para que la
nutrición Krística sea evidente y palpable de modo público, natural,
trascendente y puedan ser ilustrados los legos espirituales, curados los
enfermos del alma y resucitados los muertos vivientes; para que la noche
espiritual se haga Día Luminoso; para que el dolor y la angustia se troque en
salud y gozo; para que la Luz se haga entre las tinieblas y podamos reencontrar
el verdadero destino humano que es de Paz y no de guerras; que es de Amor y no
de odios; que es de Armonía y no de enfrentamientos; que es de Virtud y no de
vicios; que es de Triunfo y no de fracasos; que es de Hermandad y no de
beligerancias; para que vivamos en los Cielos y salgamos de purgatorios e
infiernos, urjo a mis Hermanos que habitamos esta aún bella y pródiga Tierra,
aceptemos el regalo que nos legó ese Hombre Divino llamado Jesús, quien con su
Obra ejercitada amorosamente nos otorgó la Salvación, aunque en pago por su
Portentosa Misericordia, se lo condenó a la crucifixion, atendiendo a las
vocingleras turbas hábilmente soliviantadas por la hipocresía pseudo religiosa
entonces reinante.
Para finalizar,
culminando este Mensaje de Navidad, y en suma, pido, clamo y suplico a los
poderes terrenales que desde sinagogas difusas e imperios diversos digitan la
mala suerte que hoy sojuzga a la Humanidad, que si quieren ver futuro y
esperanzas de prolongar la existencia, no solo propia, si no también de cuantos
habitamos esta nuestra Casa Grande que tenemos por morada, tomen muy en serio y
aprovechen adecuadamente el contenido de las siguientes profecías que alertan
sobre la inminencia de su cumplimiento, y de cuyo apropiado parto dependerá
poderse experimentar en breve sobre la faz de esta actual angustiada Tierra, el
reencuentro de nuestra original espectativa como especie, llegando a ser Reyes
y Sacerdotes Sempiternos, según el Orden de Melquisedek, o para entenderlo
mejor, rescatando los versos del poéta Amado Nervo, constituirnos en
“Arquitectos de nuestro Destino” generando dichos y hechos conscientes y
luminosos.
He aquí lo que se
tiene anunciado en Profecías, y que sólo por Voluntad del Altísimo se cumplirá
o dejará de cumplir, parcial o totalmente:
Año 2007 Explosión
demográfica mundial; migración incontenible en el reacomodo y equilibrio
racial, permitiendo que la mixtura social y la diversidad cultural, ajuste y
armonice las tensiones karmáticas que hoy asolan a países y continentes, aunque
por mientras es tan sólo el comienzo.
Año 2008 Grandes
maremotos y catastróficas inundaciones, cobrándose la Naturaleza el excesivo
como irracional saqueo de su vientre, produciéndose el inicio de mutaciones
geológicas que insidirán notablemente en drásticos como inmediatos cambios
climáticos.
Año 2009
Focalización mundial de guerras y enfrentamientos, ya no tanto por factores de
estrategia energética, pues se encontrará fuentes alternativas altamente
costeables, si no por el agua y la tierra, como base de sobrevivencia y
sustento alimenticio, toda vez que el hambre generará grados de calamidad
espeluznante.
Año 2010
Proliferación tecnológica tanto para la paz como para la guerra, alcanzando
niveles antes insospechados las nuevas tácticas belicosas así como sus
referentes medios disuasivos.
Año 2011 Masiva
degradación social causada por la incontrolada y globalizada ingestión de
drogas y alucinógenos, agravada tal situación con la horrorosa presencia de
nuevas pestes y enfermedades, marcando el clímax de la triste decadencia
humana.
Año 2012
A) El final:
Caducidad total de un modelo social establecido por los sistemas de gobierno
hasta ahora existentes, manipulados desde el clan tribal hasta la depauperada
democracia representativa ya en franca decadencia e inoperabilidad, poderes
terrenales que históricamente han sido avalados y continúan alternados por la
falsa religiosidad ostentada en gran parte por las creencias existentes, tanto
de Oriente como de Occidente.
B) El comienzo:
Inicio de una nueva esperanza, con el rescate de los Grandes Misterios puestos
al conocimiento y servicio de la Humanidad, para establecer la Paz y el Amor
por sobre toda la faz de la Tierra, teniendo a Kristo Vivo como centro y
energía de esta Nueva Alianza entre Dios y los Hombres.
En conclusión,
retomo el coro angélico que glorificaba en Palestina veinte siglos atrás el
advenimiento del Amado Redentor Jesús el Kristo, para que podamos experimentar
íntimamente, cada uno de Nos aquí y ahora, los Renacidos en el Fuego y Agua del
Espíritu, la presencia de Dios Vivo, entonando el Orto Sagrado del Logos Solar
que imprime eficazmente Amor, Pureza y Misericordia para toda nuestra
Humanidad, y decimos esperanzados:
“GLORIA A DIOS EN
NUESTRAS ALTURAS Y PAZ SEA EN LA TIERRA A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD”
Que el Amor y la
Sabiduría sean las Columnas que forjen el Templo Interior de todo Iniciado.
Amén.
OCTAVO MENSAJE DE
NAVIDAD, producido y entregado en Seattle, Washington, EUNA, SEDE SUPREMA
ITINERANTE DE LA SAGRADA IGEOM, en fecha Diciembre 23 del Invierno Boreal del
Año común 2006, AÑO DÉCIMO TERCERO DE LA NUEVA ERA ACUARIA.
A.Z.F., V.M.K. EL
TAWA MANÚ
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