MENSAJE DE NAVIDAD 2003
December 20, 2003
AL RESCATE DEL ESPÍRITU
NAVIDEÑO
Mis muy queridos
hermanos:
En este mi séptimo
Mensaje de Navidad que ininterrumpidamente vengo ofreciendo desde 1997 en pro
de la Humanidad y naturalmente para quienes consciencialmente quieran abrevar
su contenido, esto es, sin prejuicios o soberbias, a las que se aferra
obstinadamente la necedad, misma que a priori los rechaza sin aproximarse a su
generosa esencia, cumplo con la Gran Ley para traer al tapete de la actualidad
y el beneficio auténticamente iniciático, el desvelamiento de algunos
simbolismos contenidos en el acontecimiento histórico de Belén, los que
habiéndose difuminado – si no extraviado - en las doctrinas adormecidas de las
militancias eclesiales desviacionistas, es de urgencia imperiosa darlos a
conocer ahora, aprovechando los momentos definitorios que se presentan
estelarmente, para habilitar distinguir con claridad el Ser del no ser,
acabando de este modo con imposturas, vaguedades y confusos artificios que las
tinieblas detentan, arrogándose con cinismo irreverente, un origen luminoso que
jamás podrán representar.
Claro que lo hasta aquí
referido, de modo amplio y práctico en mis anteriores mensajes, no se repetirá
en el contenido de la presente entrega, evitando redundar en aquello que ya
tiene que haber logrado, por lo menos, un mínimo de curiosidad, estudio y/o
interpretación gnoseológica íntima, que vendría dando, consecuentemente,
resultados tangibles en el tránsito iniciático, por los alcances de una
averiguación directa u ontológica en los dominios supra oníricos que haya
logrado un proyecto de Hombre Real, estando a tono con una constante, dinámica
y certera acción cotidiana en el equilibrado funcionalismo trascendente de la
Revolución Consciencial.
Así es que, sin
mezquindades que no me son inherentes, pero con justicia a la cual me someto
reverente, no premiaré el ocio de quienes quieren tenerlo todo dispuesto y
digerido, y más bien alentaré a los realmente ansiosos de Luz, que penetren la
secuencia coherente que se está transmitiendo, no solamente a través de lo que
expongo en ellos, sino en la concomitancia de los hechos cósmicos y telúricos
que se vienen suscitando de modo casi regular en nuestra esfera, con las
Sagradas Profecías provistas desde diferentes ángulos de la Sabiduría Perenne,
las que han sido dispuestas a propósito de confluir a un mismo objetivo y en
similar tiempo histórico, para que los avisados y despiertos, descifren a
tiempo para su provecho, lo que escudriñado con Amor y Sabiduría, es la
patética evidencia de lo que devendrá en la más portentosa resolución de cuanto
hasta aquí haya ocurrido en este punto del infinito espacial, cuando en breve y
después de estos espantosos dolores de parto cíclico de la Naturaleza, la
homogeneidad Krística se instaurará en la Tierra, constituyendo la esperada
progenie o Casta de Castos, como auténtica élite que guiará a la humanidad
hacia su verdadera Realización en un período luminoso que será celebrado por
toda la eternidad.
Con los anteriores
antecedentes, diré de modo breve lo que viene siendo la Navidad para la gran
mayoría de personas que de alguna manera la recuerda, toda vez que se festeja
año tras año, en conmemoración del glorioso advenimiento a este mundo de Jesús
El Kristo, Redentor de la humanidad, acontecimiento público que se extiende
globalmente, sobre todo entre las corrientes religiosas denominadas cristianas,
en la pretensión de representar aquí en la Tierra el Mensaje de Amor y
Esperanza transmitido por el Hijo de Dios Vivo.
Como auténtico Ser
Celestial, Jesús ejecutó su misión magistralmente, enseñando con el ejemplo de
su humildad, ternura y paciencia, amén de la plenitud de virtudes que afloraban
naturalmente en cada uno de sus portentosos actos, cuando al curar las dolencias
y heridas de los cuerpos, se esmeraba en desterrar, con su sola presencia, las
angustias de las almas que habían caído en perdición.
Jesús el Cristo supo
vencer con serenidad y precisión todas las dificultades que la vida material
presenta, pues su Misericordiosa Sabiduría pudo más que las argucias de los
poderosos de su tiempo, quienes no concebían que hubiese alguien capaz de
desafiarlos, desnudándoles sus falencias e hipocresías ante los ojos del
pueblo, acostumbrada como estaba la masa al adormecimiento psicológico con las
atrocidades circenses que el imperio hegemónico exhibía como medio de escarnio
popular.
Las características de
los acontecimientos transcurridos por aquella época veinte siglos atrás, grados
más, grados menos, casi no difieren de los parámetros presentes, pues la farsa
y el engaño campean a diestra y siniestra, con similares posturas de
autoritarismos, saqueos, barbaries, exterminios punitivos, y todo ello
"justificado" en nombre del blasón que campea predominante en un
momento dado de la historia, donde cada demonio enceguecido de poder y
voracidad materialista, se atreve a liquidar masivamente a otros aún más
desgraciados engendros infernales, y todo dizque en nombre de Dios, pero lo que
astutamente esconden es el servicio que prestan a los dioses del averno,
quienes adoran y obedecen netamente a Satanás.
En cada uno de mis
anteriores Mensajes he venido insistiendo de modo incisivo sobre la urgencia de
aprender la hermenéutica en la Transmutación Alquímica, para poderla diferenciar
de la no simple pero únicamente material infusión fisiológica que se procesa
con la energía seminal, misma que se distribuye orgánicamente y que, por
cierto, difiere sustancialmente de lo que es en sí el Ens Séminis, toda vez que
la gran mayoría de cuantos han abrazado con amor y fe el proceso de la
castidad, a sabiendas de que ahí radica todo el poder del Espíritu Divino, y
que por cierto han sabido esquivar y vencer el potente influjo de la caída
infernal, no han sabido desentrañar los portentos de cada uno de los dones
magísticos que ofrecen Melchor, Gaspar, Baltazar e inclusive Simón, menos aún
han podido adquirir los méritos que inexcusablemente se requieren para erguirse
con dignidad de entre las bestias del pesebre particular contenidas en los laberintos
de la infra psiquis, pues es sólo mediante la disolución del enemigo interior
que se podrá ir creciendo en paulatina sabiduría y entendimiento, calificando
con total pureza el proceso kristificatorio interior.
Y es que no se puede
adelantar efectívamente ni un solo milímetro para ser reconocido en el Camino
Real como un Nacido de las Aguas, si acaso no se tiene en proceso y resolución
el "solve" milagroso que tiene el poder de fisionar en singular
implosión los agregados que constituyen el enemigo oculto, multiplicado como se
halla en inacabables divisiones y sutiles subdivisiones, que luego se aglutinan
en condensaciones conformantes de los guardianes del umbral, siendo en total
cuatro, uno en relación al cuerpo físico, otro relativo al vital, otro
inherente al cuerpo astral, y finalmente el que se desenvuelve en el cuerpo
mental, gigantescas formas cuya sola apariencia cada vez más terrífica y de
insoportable hedor nauseabundo, harían colapsar en las regiones infra psíquicas
a quien no estuviera debidamente preparado para enfrentárseles con el Escudo
Jehovístico de la Suprema Castidad.
Menos aún se podrá
admitir entre las Huestes Celestiales, a quien transitando el Sendero, no haya
logrado los kilates internos que lo reconozcan como un Renacido del Fuego y
posteriormente de la Luz, en virtud de haber levantado, uno a uno, todos los
cuerpos correspondientes a las ultérrimas y superiores Iniciaciones, como
consecuencia de haber arribado a la perfecta fusión, en línea de transmisión
directa, todos los átomos krísticos elevados desde el físico y procesados en la
Gran Obra con todos los cuerpos componentes del Ser, constituyendo el IEVE que
es el mismo Kona Tiki Wira Kocha de la Tetralogía Cósmica expuesto físicamente
en Kala Za Za Jah, Tiahuanaku, Bolivia.
Y es oportuno recordar a
quienes les competa, que el nacimiento simbólico de toda Kristificación siempre
se procesa en un día del Sol, esto es el 25, toda vez que dos más cinco es
igual a siete, y este número que es el del triunfo sobre la materia, se
contiene a sí mismo siete veces, que nos da la cifra cuarentinueve, que a la
vez nos lleva a la suma de cuatro más nueve que es igual a trece, esto es la
muerte, sin cuyo concurso es imposible arribar a las grandes alturas de la
Realización completa, cuya solemnidad traspasa los linderos de las simples
mediciones espaciales y temporales existentes en los eones.
Vale la pena ahora traer
a colación el simbolismo del pesebre, que por un lado nos recuerda la inmensa
humildad del más grande de los Seres que jamás antes haya estado materialmente
aquí en la Tierra, y que pese a toda su Realeza Interna, hubo de iniciar su
existencia entre los hombres de la manera más simple y natural, para descollar
luego sobre todo lo que antes le había antecedido a través de los tiempos,
ejemplo que debería ser aprovechado de imitarse por tantos clérigos de casi
todas las confesiones actuales, quienes se llenan de orgullo y vanidad,
ostentando lo que astutamente le arrebatan a los creídos feligreses que con fe
ciega les siguen. No se debe olvidar que formidables pilares de la
religiosidad, como Moisés, cuyos fundamentos alientan variadas teologías aún
existentes, aunque ya francamente disidentes y hasta ferozmente opuestas y
antitéticas, fue descalificado por nada más que su indomable soberbia, misma
que había incubado desde el amparo del poder faraónico que gozó hasta que hubo
de iniciar el probatorio sendero o éxodo hacia la Tierra Prometida.
Por otro lado, esa
maravillosa virtud de humildad, no carente de energía y valor, que fue
característica del Evangelio Viviente predicado y ejercido por Jesús, de modo
muy singular se presenta en ese reconocimiento que debe hacer todo aspirante de
Luz, para saber descubrir en nuestras cavernas infra dimensionales, no sólo a
los domésticos animales que conviven a nuestro alrededor de modo relativamente
pacífico que podrían identificarse como nuestros egos buenos, si no que además,
se vuelve imperioso ahondar en los lóbregos laberintos de nuestras aterradoras
reconditeces infernales, para que munidos del poder del Kristo íntimo,
proveniente de la Virgen Pura y a la vez constituido en Kristo Rojo como
artífice de la verdadera lucha contra el mal particular, se pueda cumplir con
la meta final de triunfar sobre todas las tinieblas.
El ego que hay que
eliminar uno a uno y de instante en instante, debe ser totalmente abolido de
nuestra naturaleza mediante la decapitación sistemática de cada uno de los
cuatro horripilantes guardianes que nos corresponden por tiempos y espacios
casi interminables y cuyo diabólico accionar atormenta nuestra Pistis Sofía por
espantosas eternidades, si acso no se decide de una sola vez, con valor y
firmeza, acabar con su nefasta influencia.
Esto que se induce
consciencialmente, no es cuestión de simples buenas intenciones o palabrería
insustancial; es todo un reto que urge acometer de inmediato, sin dilaciones
perniciosas ni esquivas excusas a las que nos tiene acostumbrado el amo de este
mundo, toda vez que, seguro de su nefasta influencia, sabe anular la esporádica
voluntad de los aspirantes indecisos, atrayéndolos a su espejismo con toda una
serie de golosinas materiales que seducen a la casi generalidad de los
humanoides auto calificados de hombres.
Voy a insertar ahora
aquí, por pertinente a estas fechas de celebración y a fin de favorecer el
renacimiento espiritual de tanto aspirante sincero, la totalidad del capítulo I
"La Vida" del maravilloso libro del Venerable Maestro Samael Aun
Weor, titulado "La Gran Rebelión" que cumpla a la vez la acción de
despertar a tantos fascinados fanáticos y pendencieros, hipócritas pseudo
religiosos, incluida una vastedad de ramificaciones de la teoría gnostizante
que desluce la Regia Obra del Gran Avatara, y así puedan retomar el camino del
cual se han extraviado, al haber negado con insólita obstinación la realidad
generada en la fuente misma de la Doctrina Celestial, que en gloriosa Navidad,
construye y une bajo una sola bandera triunfal la Iglesia del Amor, tal como se
predica y practica al interior de los Verdaderos Templos de Luz, donde reina la
autenticidad fraterna, plena de gozo, armonía y trascendencia.
Y dice así el calificado
Verbo de Oro, en su condición de Resurrecto:
"Aunque parezca
increíble, es muy cierto y de toda verdad, que esta tan cacareada civilización
moderna es espantosamente fea, no reúne las características trascendentales del
sentido estético, está desprovista de belleza interior.
Es mucho lo que
presumimos con esos horripilantes edificios de siempre, que parecen verdaderas
ratoneras.
El mundo se ha vuelto
tremendamente aburridor, las mismas calles de siempre y las viviendas
horripilantes por doquier.
Todo esto se ha tornado
cansón, en el Norte y en el Sur, en el Este y en el Oeste del mundo. Es el
mismo uniforme de siempre: horripilante, nauseabundo, estéril. ¡Modernismo!,
exclaman las multitudes
Parecemos verdaderos
pavos vanidosos con el traje que cargamos y con los zapatos muy brillantes,
aunque por aquí, por allá y acullá circulen millones de infelices hambrientos
desnutridos, miserables.
La sencillez y belleza
natural, espontánea, ingenua, desprovista de artificios y pinturas vanidosas,
ha desaparecido en el sexo femenino. Ahora somos modernos, así es la vida. Las
gentes se han vuelto espantosamente crueles: la caridad se ha resfriado, ya nadie
se apiada de nadie.
Las vitrinas o aparadores
de los lujosos almacenes, resplandecen con lujosas mercaderías que
definitivamente están fuera del alcance de los infelices. Lo único que pueden
hacer los parias de la vida es contemplar sedas y joyas, perfumes de lujosos
frascos y paraguas para los aguaceros; ver sin poder tocar, suplicio semejante
al de Tántalo.
Las gentes de estos
tiempos modernos se han tornado demasiado groseras: el perfume de la amistad y
la fragancia de la sinceridad han desaparecido radicalmente.
Gimen las muchedumbres
sobrecargadas de impuestos; todo el mundo está en problemas, nos deben y
debemos; nos enjuician y no tenemos con qué pagar, las preocupaciones
despedazan cerebros, nadie vive tranquilo...
Los burócratas con la
curva de la felicidad en sus vientres y un buen cigarro en la boca, en el que
psicológicamente se apoyan, juegan malabares políticos con la mente sin
importarles un comino el dolor de los pueblos. Nadie es feliz por estos tiempos
y menos la clase media; ésta se encuentra entre la espada y la pared.
Ricos y pobres, creyentes
y descreídos, comerciantes y mendigos, zapateros y hojalateros, viven porque
tienen que vivir, ahogan en vino sus torturas y hasta se convierten en
drogadictos para escapar de sí mismos.
Las gentes se tornaron
maliciosas, recelosas, desconfiadas, astutas, perversas; ya nadie cree en
nadie; se inventan diariamente nuevas condiciones, certificados, cortapisas de
todo género, documentos, credenciales, etc., y de todas maneras nada de eso
sirve ya, los astutos se burlan de todas esas tonterías: no pagan, esquivan la
ley, aunque les toque ir con sus huesos a la cárcel.
Ningún empleo da
felicidad; el sentido del verdadero amor se ha perdido; las gentes se casan hoy
y se divorcian mañana. La unidad de los hogares se ha perdido lamentablemente,
la vergüenza orgánica ya no existe, el lesbianismo y el homosexualismo se han
vuelto más comunes que lavarse las manos.
Saber algo sobre todo
esto, tratar de conocer la causa de tanta podredumbre, inquirir, buscar, es
ciertamente lo que nos proponemos en este libro. Estoy hablando en el lenguaje
de la vida práctica, deseoso de saber qué es lo que se esconde tras esa máscara
horripilante de la existencia.
Estoy pensando en voz
alta y que digan los bribones del intelecto lo que les venga en gana. Las
teorías ya se volvieron cansonas y hasta se venden y revenden en el mercado...
¿Entonces qué?
Las teorías sólo sirven
para ocasionarnos preocupaciones y amargarnos más la vida. Con justa razón dijo
GOETHE: «Toda teoría es gris y sólo es verde el árbol de dorados frutos que es
la vida»...
Ya las pobres gentes se
cansaron con tantas teorías, ahora se habla mucho sobre practicismo;
necesitamos ser prácticos y conocer realmente las causas de nuestros
sufrimientos."
Hasta aquí la referida
transcripción, que espero pueda servir a más de algún despistado que vaga por
ahí pretendiendo fabricar cristal sin siquiera tomarse el trabajo de soplar la
materia prima, misma que debe ser expuesta al adecuado calor, pues sólo así
podrá el artista proceder con fina habilidad a su correspondiente como sabia
elaboración. Y el que tenga oídos, que preste atención; analice, recapacite y
actúe en consecuencia, pues lo dicho, tiene su analogía práctica para alcanzar
la Realización anhelada.
Navidad ante todo, es
volver a la naturalidad de la vida; dejar las superficialidades que entorpecen
la razón y anulan el sentido común de la existencia sin dejar cabida a la
lógica suprema.
Navidad es gozo; es
armonía; es fraternidad; es salud; es abundancia; es seguridad íntima; es paz
total.
Navidad no está limitada
a un solo día del año, del mes o de la semana para su manifestación; se crea y
recrea a cada instante en la lucidez experimental de todo cuanto acontece a
nuestro alrededor.
Navidad es darse a todos
sin mezquindades ni cálculos dañinos.
Navidad es regalarse
personalmente la más amplia felicidad que nutre por igual al cuerpo y al alma,
y no se puede encontrar fuera de esta experiencia regeneradora.
A la vez, Navidad es
transmitir su enternecedora Esencia, cuyo núcleo y radiaciones están
constituídos del más puro Amor.
Navidad es universalidad
total, sin divisiones obtusas, ni prerrogativas excluyentes.
Navidad, siendo un
proceso de la más elevada religiosidad, está más allá de los linderos a los que
pueda conducir cualquier teorización, concepto o moral religiosa.
Navidad es redescubrir el
valor de todo cuanto nos rodea, sin separar nada de la fecunda naturaleza que
por dicha nos corresponde compartir, a todos por igual, sin distingos de
especie o género.
Navidad es levantarse
cada mañana para agradecer a Dios por la abundancia de los elementos que se
prodigan a nuestro favor, enriqueciendo nuestra salud y entendimiento.
Navidad no es cuestión de
teatros o disfraces; regalos u ostentaciones.
Navidad es toda una
Fiesta del Alma que debe experimentar cada cual, si es que en verdad busca y
anhela alcanzar el Reino de los Cielos.
Navidad es volver a nacer,
aquí y ahora, para seguir a Kristo Viviente en Filosofía y en Sustancia,
dejando la pesada carga que nos han producido los pecados.
Navidad es reconocer la
Cruz de los bautizos purificatorios y seguir al Señor de la Vida Abundante sin
mirar para atrás las cosas que dejamos voluntariamente, ni temer el Sendero que
luminoso se extiende en subida desde ese supremo instante hacia adelante.
Navidad es recuperar la
capacidad de imaginar y crear como todo niño que no ha adulterado su naturaleza
anímica ni fisiológica.
Navidad es respetar la
vida y condenar la muerte.
Navidar es respirar la
Paz interior y despojarse de todo odio o rencor.
Navidad es confluir en un
solo abrazo de fraternidad todas las razas y naciones de la Tierra y del
Universo.
Navidad es hacer de la
Vida, cada instante, la más vibrante música que sincronice la totalidad de
notas sonoras concluyendo en la más excelsa y armoniosa sinfonía.
Navidad es rescatar la
magia de palabras maravillosas que dicen : "Hola",
"Gracias", "Por favor", "Disculpe",
"Perdóneme" a cuantas personas podamos transmitirlas, pero empezando
a decirlas en nuestra intimidad a ese Niño de Oro que debe nacer y crecer
cotidianamente en nuestro corazón, y al cual con nuestras malas obras habíamos
ofendido con anterioridad.
Navidad, en síntesis, no
se teoriza; ¡SE PRACTICA EN CUANTO ACTO, PALABRA O PENSAMIENTO EJECUTEMOS!
Insto de corazón a todos
cuantos puedan, transmitir su particular Navidad para que el festejo por la
venida de Dios entre los Hombres, sea universal y eterno, pudiendo cantar entre
el Coro Celestial : "Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los
Hombres de Buena Voluntad", porque "El Verbo se hizo carne y habita
entre Nos"
Amén…… Amén…… Amén……
Amén…….
Desde mi Real Ser para
todos mis Hermanos en la Tierra: AMOR Y SABIDURIA SEAN CON VOSOTROS:
ARKAOM ZANONI PHIDLUZ, V.
M. K. EL TAWA MANÚ
SUPREMO SACERDOTE DE LA
SAGRADA I.G.E.O.M.
SEDE SUPREMA DE SALEM,
E.U.N.A., Invierno Boreal del Décimo Año de la Nueva Era Acuaria
Diciembre 20 del Año 2003
en el calendario común.
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