EL PENTATEUCO: ENTRE ÑOKE Y MOISÉS
EXTRACTO DE MI LIBRO: EL ADVENIMIENTO DE THUNUPA, EL KRISTO ROJO DE ACUARIO, A.Z.F. V.M.K. EL TAWA MANÚ
2.- El Pentateuco: Entre Ñoke y Moisés
Moisés, el Gran Legislador Hebreo, tuvo a su cargo el honroso rol histórico de estudiar y sintetizar los enjundiosos libros que recibió del Gran Patriarca Enock (Ñoke), siendo mi Ser en esta condición quien aproximadamente cuatrocientos mil años atrás, bajo la dirección del Excelso Jeú, hizo un resumen cronológico con la síntesis de la Creación de los Universos, pero adaptando su interpretación a una génesis correspondiente únicamente a nuestro Sistema Solar; dichos escritos constituyen la más remota referencia que se pueda encontrar respecto a la cosmogénesis y antropogenética, siendo inevitable su investigación para tratar de comprender estos intrincados temas que aún no domina plenamente la humanidad terrestre, y es que en dichos manuscritos se encuentran referencias claras para ubicar los componentes científicos que dieron origen a la Vida misma y que con precisión en mi encarnación como Ñoke doy a conocer mediante estos escritos, más conocidos como Las Claves de Enock.
Así pues, siendo Ñoke y que allende los tiempos me constituyo para Moisés como Patriarca e Instructor, redacté minuciosamente en las sublimes regiones del Ayocosmos esta Cosmogenesia durante 365000 años o sea 365 Días Cósmicos o Un Día del Absoluto, período durante el cual los acontecimientos se produjeron aceleradamente ante mi vista, iluminada por una capacidad nemotécnica ultra fotográfica, e inspirado por el propio Jeú Mikael quien es "Causa Causorum" de todo lo Creado, traduje en síntesis accesible las proezas de los Ælohim en los Seis Días Trascendentales de la Sagrada Creación Cósmica, de donde derivan por emanaciones sucesivas las expansiones cíclicas de todas las Regiones constituyentes de la infinidad de espacios, mismos que se recrean constantemente ante los efluvios del Ejército de la Voz, que son los Arquetipos del Pleroma.
Con los anteriores antecedentes, ahora ingreso de lleno al tema del Pentateuco, mismo que es el fundamento del Antiguo Testamento, previamente sintetizado por Moisés en cumplimiento de su gran Misión de soldar en una sola fusión a los judíos e israelitas, intento fracasado que luego fue reasumido por Jesucristo para reunificar a la raza humana, y no obstante los supremos esfuerzos desplegados para cumplir este objetivo, hay que concluir, aunque sin desfallecer, que existen polaridades totalmente contrarias y antitéticas como el agua y el aceite, y que, de no primar otras circunstancias estelares, resulta algo casi imposible llegar a culminar exitosamente con tan loable gestión.
Los cinco principales Libros que constituyen el Cuerpo de Doctrina del pueblo Hebreo, y con cuyos basamentos el Legislador intenta unir a judíos e israelitas, contienen las bases de la Gran Creación que es clara alegoría del sabio aprovechamiento de las Aguas Puras de la Vida, siendo por tanto el punto de partida o Génesis original de cualquier Obra que se repute como seria para iniciar la construcción del Templo Interior, y cualquier intento de éxito que eluda este primer paso, lastimosamente es una completa pérdida de tiempo y energías.
En el Éxodo se debe encontrar su intrínseca metáfora relacionada con la partida que debemos hacer de las tinieblas hacia la Luz, de lo lunar hacia lo Solar, y luego de haber dado ese gigantesco paso que significa salir de Egipto (La fornicación) y haber cruzado el Mar Rojo (Eliminar las bajas pasiones), no se debe volver jamás hacia atrás so pena de perder la iniciación al pretender hacer reparos o rechazos al Maná Celestial (Los que después de gozar los benéficos efluvios de la Castidad, y sin lograr resultados evidentes de la Transmutación que resultan de merecimientos íntimos, se cansan del Eroar Trascendente y se vuelven atrás materializándose entre las tentaciones de este mundo cual la mujer de Lot que cede al influjo de Sodoma y Gomorra).
Levítico es el Tercer Gran Libro del Pentateuco que simboliza la purificación por la que debe pasar todo Iniciado, despejando de impurezas todos los 49 niveles de la mente inferior, muriendo en sí mismo para rescatar la Esencia de las Virtudes originales del Ser; este es el descenso voluntario, consciente, al Tártarus o averno que realiza todo Iniciado, haciéndose acompañar por Virgilio y Beatriz para purificar los infiernos íntimos del hombre; de nada valdría haber desarrollado el Génesis y estar transitando el Éxodo, si acaso no se lleva a cabo una total purificación con Levítico, pues se corre el tremendo riesgo de obtener una deformación con doble centro de gravedad, una blanca y otra negra, constituyéndose el fracasado en un verdadero Hanasmusen, quien no podrá llegar jamás a la Tierra Prometida, al quedar deleitado en la adoración al Becerro de Oro; (Mucha precaución al respecto Moisés y Aarón).
Se tiene luego el Libro de Números donde se encuentran las Claves para recapitular la propia Creación hasta rescatar la naturaleza Divinal que se había perdido; este es un trabajo que se procesa con la Metrología o el Número, yendo del Caos original (El Cero) hasta re encontrarse con el Uno (La totalidad del Ser) realizando así el Teorema de Pitágoras o la Sephira de los Magos que conducen hasta el Diez, o sea a Dios.
Finalmente, y luego de transitar exitosamente por los cuatro pasos anteriores, viene el equilibrio, el Tao, toda vez que el Hombre se ha colocado en el punto preciso al medio de la Creación, siendo a la vez Humano y Divino; he ahí la culminación de la Magna Obra cuya simbología se interpreta con el Libro de Deuteronomio.
Como se puede apreciar, estos conceptos fundamentales, o mejor aún realidades trascendentales, escapan al discernimiento de las especulaciones de quienes no toman en cuenta la gran capacidad de síntesis que tuvo Moisés para extractar las Claves que le otorgué para constituir el Pentateuco, siendo el pilar fundamental de las Leyes Eternas que debemos saber interpretar a cabalidad, puesto que constituyen la parte sustancial del Antiguo Testamento, el mismo que luego fue complementado con los aportes ornamentales, históricos, proféticos y hasta poéticos, resaltando por su parte litúrgico magística los Salmos de David y las Odas de Salomón, así como las inquietantes predicciones proféticas de Isaías, Ezequiel, Daniel, Amós, Zacarías y Malaquías, las que deben ser cuidadosa como sabiamente meditadas para extraerles la comprensión de sus actuales cumplimientos, siendo tan patéticas que hasta los sordos perciben y los ciegos captan.
Se debe volver urgentemente al rescate del verdadero sentido y práctica del Pentateuco que está señalando al Hombre el camino para volver a Kristo que es la Pentalfa luminosa de la Gnosis con los Grandes Misterios del Tetragrammaton y ante cuya presencia huyen despavoridos los más terribles demonios; hay pues que convertirse en el mismo Pentateuco, en la Pentalfa Krística, coronada con el Kristo Interno, la cabeza arriba, luminosa y triunfal, y que se antepone a la degenerada estrella invertida que utilizan los magos negros para sus aquelarres y hechicerías, puesto que en esta condición de cabeza abajo, está atrayendo a las potencias del averno para cometer toda clase de brujerías. Quienes quieran conocer otros detalles al respecto, les remito a mi obra: "Reversión Pentatéutica, el Gran Salto Psico Astral" donde abordo el tema con más amplitud.
Para finalizar este título quiero hacer una aclaración importantísima, pues la gran mayoría de las gentes considera equivocadamente que Kristificarse significaría seguir al Kristo histórico, siendo más bien lo correcto, realizar el Iniciado la Energía Krística dentro de sí mismo, a resultas de una larga como paciente Obra, siguiendo los pasos del Misericordioso Jesús quien vino a ofrecer el Misterio de su propia Vida para que imitásemos su ejemplo en el cumplimiento de una existencia trascendental, pues así lo sentenció claramente: "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su Cruz y sígame", y el que busque ser buen Arquitecto del Templo Íntimo, llega al Kristo Real laborando diariamente sobre la Piedra Viva.
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